Hace poco más de un año era un sueño: recuperar el Taller de Jardinería de San Rafael para que los chicos/as pudieran plantar, regar, cultivar. Y nos pusimos manos a la obra. Lo primero, darle forma, saber que había mucho terreno por limpiar, un umbráculo para reconstruir, un vivero por sanear y eso sí, muchas ganas.
Como nos suele pasar en San Rafael, antes o después, llega alguien que dice: «cuenta conmigo, yo me encargo» y esta vez fue Cristina, quién se comprometió con su empresa a arreglar todas las instalaciones. Y con la misma generosidad y determinación aparecieron tres personas que han decidido formar parte de San Rafael como uno más. Paco, Manolo y Mari Carmen, decidieron compartir dos mañanas a la semana con los residentes y sobre todo, regalar todo su buen humor a cada proceso.
Muchas horas de limpieza, de puesta en orden y de paciencia, han dado su fruto y desde aquí se lo queremos reconocer y agradecer públicamente. Ya tenemos los primeros tomates cherry y unas cabalazas que van creciendo a buen ritmo. Además los plantones de tomillo y otras hierbas aromáticas, así como unas esponjas vegetales que están empezando a crecer.
Gracias por un voluntariado ejemplar, por la amistad que habéis forjado con los chicos, con la ilusión y la sabiduría que transmitís. Hoy es de esos días que sabemos que la ilusión, da sus frutos y que hay mucha buena gente acompañándonos.
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