Compartir una casita en un paraje ideal durante dos días siempre es una experiencia que forma parte de nuestras vidas, pero si además lo hacemos con personas a las que queremos y que nos quieren, se multiplica la satisfacción de los momentos vividos.
Empezamos la aventura con una furgoneta saliendo de nuestro centro, nuestra casa, y por un camino remoto en la montaña encontramos una caravana abandonada, nos recordó una película preciosa en que los sueños e ideales aunque no se cumplan, hay que poner todo el esfuerzo en conseguirlos, eso ya recompensa.
Así nos sentimos nosotras, aventureras, soñadoras y recompensadas por la suerte de compartir con: Maribel, María Belén, Cristina, Paloma, María José, Ana, Leli y Nati, estos días. Qué grandes, chicas!!!!
Y como dice Maria Belén: os quiero.
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