El Programa de Respiro Familiar ofrece estancias puntuales o periódicas a personas con discapacidad intelectual cuyas familias sufren un estrés derivado de la carga asistencial, ofreciéndoles un descanso o la posibilidad de realizar actividades de diversa índole, que con la persona a su cargo no podrían desempeñar. Este apoyo permite mejorar la dinámica familiar y contribuye a que la persona pueda permanecer más tiempo integrada en su núcleo familiar.
Es por ello que la Fundación puso en marcha hace ya 20 años este programa, durante estos años se ha dado respuesta a un gran número de personas y familias que han podido mejorar su dinámica personal y familiar, además de haber retrasado la edad de ingreso en el entorno residencial. Este año el programa cuenta con el apoyo de los programas de interés general para atender a fines de carácter social con cargo al tramo autonómico de la asignación tributaria del 0,7% del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, para el ejercicio 2020 de la Vicepresidencia y Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas
Las distintas restricciones que se han tenido ir aplicando en este último año para contener la expansión del virus, ha sobrecargado especialmente a las familias que atienden a personas con discapacidad intelectual en sus domiclios pues han visto cómo se ha ido reduciendo la oferta de actividades en la comunidad dirigidas a este grupo de personas recayendo, en muchos momentos, la atención de las personas solamente en ellos.
En este contexto, proponer nuevas fórmulas de apoyo a las familias que puedan respetar las medidas sanitarias, cobra especial relevancia. De ahí que en el año 2021 San Rafael ha iniciado el proceso de transformación de una sala multiusos para generar un mini-hogar de respiro que pueda dar respuesta a las demandas que, de otra manera, no podemos atender. Esta fórmula es especialmente adecuada en la situación que actualmente estamos atravesando, pues permite atender a estas personas de forma separada del área residencial, respetando así las burbujas generadas para contener la propapagación del COVID-19
La familia, como primer espacio de socialización, basada en el afecto y aceptación, cobra un papel relevante, especialmente cuando el agotamiento del cuidado puede poner en peligro la convivencia de la persona con discapacidad intelectual en el seno familiar, sobre todo de aquellas que presentan mayores necesidades de apoyo.
El Programa de Respiro Familiar, se caracteriza por su alta rentabilidad social, la inmediatez de la respuesta que ofrecen y su flexibilidad en la atención y resolución de situaciones familiares graves, así como por proporcionar en sus usuarios el máximo desarrollo posible de sus facultades físicas, funcionales, psíquicas, ocupacionales y sociales.
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