Para que un centro como San Rafael funcione, hay muchas personas realizando su labor de una forma muy coordinada. Algunas figuras son más conocidas, como las de las cuidadoras directas, pero otras se realizan de forma discreta y tienen un alto impacto en el día a día de las personas. Un ejemplo de ello es la figura de enfermería, un rol poco conocido y que ha recogido la revista Enfermería en Desarrollo, poniendo nuestra labor en la portada de tu publicación.
En este número, Víctor y Natalia, DUEs del Centro San Rafael, nos narran la flexibilidad que supone atender a más de 140 personas con discapacidad intelectual, atendiendo no solo temas sanitarios, sino formando parte del día a día de sus apoyos. El seguimiento individual de cada caso, la implicación emocional y el vínculo que se genera, o los retos en la comunicación son parte esencial de tu desempeño.
Víctor Aguilar, relata en la entrevista:
«La esperanza de vida está aumentando. Antes vivían hasta los 60 años y ahora tenemos pacientes de 84. Incluso han vivido hasta los 93. Entonces, vives todo su deterioro. Es un proceso duro. Antes, cuando teníamos un enfermo terminal fallecían en el hospital. Ahora, si así lo deciden, pueden quedarse aquí, con un seguimiento de la Unidad de Hospitalización a Domicilio. Ésta es su casa, donde mejor pueden pasar sus últimas horas de vida, con las personas con las que está habituado a vivir».
En el artículo Natalia y Víctor nos describen, entre otras cosas, cómo se realiza la coordinación con el resto del equipo técnico del Centro San Rafal y además, nos resumen 7 objetivos para individualizar los cuidados.
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Estamos muy orgullosos de la calidad de la atención que reciben las personas en San Rafael y que nuestra experiencia valga para poner en valor la tarea tan importante como la que realizan l@s profesionales de enfermería al atender a personas con discapacidad intelectual gravemente afectadas.
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